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Realizado por estudiantes de la Universidad Católica de Temuco, Facultad de Educación, Pedagogía en Educación Básica con Especialización, para la cátedra de Enseñanza de la Historia y las Cs. Sociales. Daniela Acuña Zúñiga. Roxana Oporto Sáez. Jenny Romero Muñoz. Angélica Segura Moraga.

lunes, 16 de enero de 2012

Conociendo parte de nuestra historia...




















¿Haz escuchado hablar  del Régimen Parlamentario Chileno?

¿Conoces lo sucedido en la Escuela Santa María de Iquique, 1907?

¿Sabes si hoy en día existen salitreras funcionando en nuestro país?

¿Cuál es tú opinión respecto a la decisión tomada por el Presidente Montt, frente  a las demandas de los obreros de la oficinas salitreras?

¿De qué manera crees que influyó la cuestión social en la historia de nuestro país?




A continuaciónn te invitamos a dar respuesta a todas estas interrogantes, a travéss de la informaciónn contenida en el siguiente Blog...


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lunes, 9 de enero de 2012

¿Cómo se inicia el Régimen Parlamentario?


El régimen parlamentario toma este nombre en oposición al de régimen presidencial. Ambos son regímenes representativos de gobierno, con la diferencia, que en el primero, el poder reside en el parlamento, él impone al jefe de Estado el ministerio elegido del partido de la mayoría, él fiscaliza los actos de dicho ministerio y lo hace dimitir cuando no está de acuerdo con su política o cuando ha dejado de representar a las mayoría.
Se ha llamado al régimen parlamentario: «gobierno de los gabinetes y también «gobierno de los partidos»; porque su mecanismo está basado en los partidos políticos que gobiernan por medio de los gabinetes; y fijando más la idea: la nación organizada en partidos políticos, representados en el parlamento e imponiendo de éste, los gabinetes al Jefe del Estado. Los partidos representando a la nación y representados en el parlamento y los gabinetes representando al Jefe del Estado y fiscalizados por el parlamento.
El período llamado parlamentario que predominó en la política chilena durante 34 años, recibe este nombre pues el poder del Estado fue ejercido principalmente por el Parlamento o Congreso. Durante todo el período político anterior a 1891, en la República Liberal, se había ido gestando un proceso de pugna entre el poder ejecutivo y el legislativo, representado por el Parlamento, en el cual a través de sucesivas reformas, fue arrebatando poder al Presidente. Esta pugna concluyó violentamente pues hubo un presidente, Balmaceda, que se resistió a perder su autoridad. Al estallar la guerra civil de 1891, el Presidente Balmaceda fue derrotado por la Armada, que apoyaba a los congresistas. Este hecho, es decir, que el predominio del parlamento se impusiera por las armas, marcó el sistema parlamentario chileno.
El parlamentarismo, como sistema de gobierno tuvo su origen en Inglaterra. Pero, a diferencia del chileno, el sistema inglés implicaba un equilibrio entre el poder ejecutivo y el legislativo. El parlamentarismo chileno estuvo lejos de ese equilibrio, por eso se le denomina también "pseudo parlamentario", justamente por haberse impuesto sobre la derrota absoluta del presidente y sus aliados. El predominio parlamentario se impuso así en forma tan extrema, que el presidente durante este período muchas veces fue un representante formal del poder público, pero sin autoridad efectiva, pues la que le correspondía legalmente era cohartada seriamente por un conjunto de prácticas, muchas de ellas viciadas, que ejercía el Congreso. Lamentablemente estos mecanismos eran utilizados principalmente para bloquear la acción del Ejecutivo más que para gobernar como un poder complementario. Es decir, no es que en este período el parlamento haya gobernado en lugar del presidente, sino que más bien por el bloqueo que hizo de la acción presidencial. En realidad este llamado Período Parlamentario, marcó la cima del poderío político, social y económico de la oligarquía chilena. Pero no todo se mantuvo estático, creció la clase media y en especial el sector obrero; se formaron numerosas organizaciones sindicales y un sentimiento de desilusión y protesta fue tomando fuerza contra el sistema político, indiferente a los problemas sociales, conocido como la Crisis de fin de siglo.


 

Presidentes durante el Régimen Parlamentario




     Promulgó la ley de amnistía, el mismo día en que asumía el cargo, el 26 de diciembre de 1891, donde se beneficiaba a quienes pudieran haber cometido "delitos políticos". Se le consideraba por su recia personalidad. No tuvo contendor en la elección presidencial. Su primer Gabinete reflejó el carácter universal que tuvo su candidatura, pero no alcanzó a durar tres meses. Aprobó la ley que obligaba al Estado a canjear los billetes por moneda, con lo que después de diecisiete años los obreros (defensores del oro) triunfaban sobre los papelero


        La coalición formada por liberales, conservadores y nacionales llevó a la Presidencia a Federico Errázuriz Echaurren, a quien le correspondió protagonizar el acto de amistad chileno-argentino llamado “el abrazo del Estrecho”, junto al Presidente general Julio Roca, de Argentina, por la delimitación de la Puna de Atacama. El conflicto, provocado una vez más por Argentina, lo resolvió el árbitro norteamericano William G. Buchanan quien ratificó para Chile 20.000 kilómetros cuadrados y lo despojó de 60.000 kilómetros cuadrados que fueron entregados a la Argentina.
         Durante esta administración se iniciaron varias obras públicas: alcantarillado de Santiago, servicio de tranvías para  Santiago y Valparaíso, el estanque de Peñuelas para dotar de agua potable a Valparaíso y Viña del Mar.



Germán Riesco (1901-1906)

  

               El Presidente Germán Riesco nació en Rancagua el 28 de mayo de 1854. De profesión abogado, su candidatura fue propiciada por la Alianza Liberal. Durante su administración estallaron una cantidad de huelgas de mineros, estibadores de Valparaíso y en el Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia. El hecho de mayor gravedad ocurrió en la plaza de Antofagasta, donde se concentraron tres mil obreros para respaldar  las peticiones a la Compañía del ferrocarril. El Gobierno repelió la protesta, reconociendo nueve muertos. Sin embargo, la Cámara de Diputados denunció que los muertos eran 58. Estos hechos ocurrieron el 6 de febrero de 1906.
Entre los principales líderes sindicales de la época sobresale Luis Emilio Recabarren, miembro del Partido Demócrata y fundador del Partido Socialista Obrero (1912). Se le considera el fundador del Partido Comunista en Chile. En relación con el problema de límites con Argentina se firman dos convenios, llamados los pactos de mayo de 1902.

Pedro Montt Montt (1906-1910)


            
Pedro Montt Montt

           La Unión Nacional, compuesta de radicales, nacionales, liberales, liberales doctrinarios y un grupo separado del Partido Conservador, hizo nacer la candidatura de Pedro Montt Montt, hijo del ex presidente Manuel Montt Torres (1851 a 1861).

Obras Públicas:
Destaca el ferrocarril longitudinal que uniría al país desde Tacna hasta Puerto Montt; el ferrocarril entre Ancud y Castro, las obras del Puerto de Valparaíso.
A comienzos de 1910 se  efectuó la inauguración de las secciones chilena y argentina del ferrocarril trasandino. Se construyen la Escuela y Museo de Bellas Artes, la Escuela de Farmacia, el Instituto Comercial, el Instituto de Educación Física y la Escuela Normal de Preceptores de La Serena.
No obstante aquello, el conflicto más importante que debió enfrentar fue a fines del mes de diciembre de 1907, en Iquique, donde se produjo uno de los hechos más sangrientos del historial de las luchas sociales.
Los cargadores y lancheros de las compañías salitreras en Iquique declararon la huelga y se reunieron en la plaza y en la Escuela Santa María. Entre hombres, mujeres y niños se estima que se congregaron entre ocho mil y diez mil personas.
Después de declararse el estado de sitio, el coronel Roberto Silva Renard dio orden de evacuar la plaza con la orden de disparar. Las cifras oficiales señalan entre 130 y 140 el número de muertos y heridos. Fuentes extraoficiales señalan en 195 el número de muertos.
En materia económica, el Congreso obligo a  Pedro Montt hacer una emisión de treinta millones de pesos papel. Sin embargo, en 1909, el Congreso dictó una ley, postergando esa operación financiera para 1915. El Presidente vetó esta última ley, pero fue vencido por el Congreso.
         Lamentablemente, Montt no terminó con su período y el Vicepresidente Elías Fernández Albano le sucede en el cargo, falleciendo también a principios del mes de septiembre. La jefatura del Ejecutivo lo ejerce Emiliano Figueroa, con el título de Vicepresidente, quien entrega el poder al estadista Ramón Barros Luco.

Ramón Barros Luco (1910-1915)







             Construyó la Escuela de Ingeniería, el puerto de San Antonio y el edificio de la Biblioteca Nacional, el Museo Histórico y el Archivo Nacional.
La primera guerra mundial de 1914 afecto al salitre con la creación del nitrato sintético, lo que generó cesantía. Chile mantuvo la neutralidad en esa guerra.
             Desde un punto de vista político, estimuló el civismo del elemento trabajador y fortificó sus aspiraciones hacia una influencia política más resaltada, con el propósito de conseguir un mayor bienestar económico y social, lo que se traducía en justicia en la repartición de la riqueza nacional.


Juan Luis Sanfuentes Andonaegui (1915-1920)




 La Ley de Educación Primaria Obligatoria y las Leyes Sociales. Se aprobó la ley de instrucción primaria obligatoria, una vez que en 1917 el educador Darío Salas publicó su obra "El problema nacional", que sirvió de base para la presentación del proyecto de ley. Sanfuentes, además,  logró la aprobación de varias leyes sociales en beneficio para la clase trabajadora. Se destaca la de accidentes del trabajo (1916), sobre descanso dominical (1917) y sobre retiro y  previsión social del personal de ferrocarriles.

Arturo Alessandri Palma (1920-1925)




Arturo Alessandri Palma

           Desde un principio su administración fue agitada. Ascendió al poder con el apoyo de la Alianza Liberal, que estaba en mayoría en la Cámara de Diputados, pero no así en el Senado, situación que se mantuvo en las elecciones de marzo de 1921. La Unión Nacional se transformó en oposición a la candidatura de Alessandri teniendo una situación muy difícil.  En la Cámara de Diputados contaba con la adhesión incondicional, en cambio, en el Senado tenía una mayoría dispuesta a impedir su acción gubernativa.
Esta situación se refleja en que el régimen parlamentario obligaba a que los ministerios tuviesen la confianza de ambas cámaras, expresada por sus mayorías.  Sin embargo, los ministerios duraban unas pocas semanas  ya que recibían la censura del Senado y a veces hasta la censura de sus propios amigos en la otra cámara.
Las prácticas de los parlamentarios se caracterizaban por continuar gestionando empleos para sus camaradas utilizando con ello dineros del fisco. No obstante, el gobierno del presidente Alessandri consiguió la aprobación de varias leyes de carácter financiero (préstamos y reformas tributarias) para  la ejecución de las obras públicas; leyes destinadas a la protección de la industria, del trabajo y de las clases trabajadoras, y la firma  del protocolo con el Perú, para entregar al fallo arbitral del presidente de los Estados Unidos la solución definitiva de la cuestión de Tacna y Arica (1922).
Sin embargo, las relaciones Senado y gobierno se polarizaron, produciéndose un movimiento de opinión tendiente a cambiar el régimen constitucional reinante. Se privaría al Senado de sus atribuciones políticas, sobre todo de la de censurar los ministerios, y se implantaría un sistema de mayor estabilidad gubernamental. Todo esto bajo la dirección del Presidente de la República.

Tras las elecciones parlamentarias de 1924, el nuevo Congreso inició en junio sus sesiones, tratando la ley de presupuestos del mismo año que aún no se despachaba. Pero, su labor fue casi improductiva: La indisciplina de los partidos de mayoría llegó a límites insospechados. A principios de septiembre, el Congreso  se desprestigió, producto de su incapacidad para resolver y despachar los proyectos de ley. El jefe  del gabinete, Pedro Aguirre Cerda, no logró conseguir que el Congreso se pronunciara sobre los mensajes sometidos a su consideración.
La aprobación de la ley sobre la dieta parlamentaria, remuneración de los integrantes del congreso por su trabajo legislativo, determinó que la oficialidad del ejército intervino en forma decisiva para evitar que fuera promulgada la ley de la dieta.
El general Luis Altamirano, inspector en jefe del ejército, pidió al Presidente de la República que interpusiera su veto a dicha ley, como también, la cooperación del Ejecutivo para el inmediato despacho de varios proyectos que el Congreso mantenía pendientes, entre los cuales figuraba el relativo a la situación económica del personal de las fuerzas armadas. Así se inició el movimiento militar del 5 de septiembre de 1924.
El Presidente, producto de ello, renunció a su cargo. El general Altamirano asumió el Ejecutivo en calidad de vicepresidente, y dos días después constituía una Junta Militar de Gobierno. Su primera medida fue la disolución del Congreso.
Esta Junta de Gobierno se mantuvo en el poder hasta el 23 de enero de 1925, cuando una nueva Junta Militar, compuesta de un general y un almirante, y presidida por un civil, que fue Emilio Bello Codesido. La razón: se le atribuían a la Junta concomitancias con la candidatura de Ladislao Errázuriz, y se le hacían cargos, además, por no haber realizado el programa de reformas sociales y económicas.
Esta Junta sustentaba la idea de una nueva Constitución, y la vuelta inmediata al poder del Presidente Alessandri, sin antes lograr la protección de las masas obreras y la implantación de mejores condiciones de salubridad pública. José Santos Salas, médico de los servicios militares, fue él alma de ese movimiento, como Ministro de Higiene, Asistencia, Previsión Social y Trabajo.
El Presidente Alessandri  llegaba a Santiago el 20 de marzo de 1925 y reasumía el poder. Inmediatamente dedicó sus esfuerzos a preparar la reforma de la Constitución, por medio de una comisión Consultiva, la cual creó un proyecto de reforma constitucional que un plebiscito sancionó.
La nueva Constitución creó un Poder Ejecutivo fuerte, con amplias atribuciones administrativas, sin perjuicio de las libertades públicas y las garantías individuales;  terminó con la facultad de derribar los ministerios mediante la censura, y facultó a la Cámara  de Diputados  para entablar ante el Senado la acusación de los ministros y aun del Presidente de la República, por diversos abusos de poder; aumentó a seis años la duración del periodo presidencial y estableció que se elegiría en votación directa; incompatibilizó los cargos parlamentarios con los de ministro; proveyó al mejoramiento de la administración pública; separó la Iglesia del Estado y garantizó la más amplia libertad de conciencia y del ejercicio de cultos religiosos.
Según el texto, "La Constitución asegura a todos los habitantes de la República... 2° La manifestación de todas las creencias, la libertad de conciencia y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, pudiendo, por tanto, las respectivas confesiones religiosas erigir y conservar templos y sus dependencias con las condiciones de seguridad e higiene fijadas por las leyes y ordenanzas. Las iglesias las confesiones e instituciones religiosas de cualquier culto tendrán los derechos que otorgan y reconocen, con respecto a los bienes, las leyes actualmente en vigor; pero quedarán sometidas, dentro de las garantías de esta Constitución, al derecho común para el ejercicio del dominio de sus bienes futuros. Los templos y sus dependencias, destinados al servicio de un culto, estarán exentos de contribuciones".
Sobre las libertades públicas y los derechos individuales, reconoció la propiedad de cualquier especie como inviolable; pero agregó que "El ejercicio del derecho de propiedad está sometido a las limitaciones o reglas que exijan el mantenimiento y el progreso del orden social; y, en tal sentido, podrá la ley imponerle obligaciones o servidumbres de utilidad pública en favor de los intereses generales del Estado, de la salud de los ciudadanos y la salubridad pública".
Además, aseguró a la vez: "La protección al trabajo, a la industria y a las obras de previsión social, especialmente en cuanto se refieren a la habitación sana y a las condiciones económicas de la vida, en forma de proporcionar a cada habitante un mínimo de bienestar, adecuado a la satisfacción de sus necesidades personales y a las de su familia. La ley regulará esta organización. El Estado propenderá a la conveniente división de la propiedad y a la constitución de la propiedad familiar".
Esta nueva Constitución suprimió la Comisión Conservadora y el Consejo de Estado; creó un Tribunal Calificador permanente, renovable cada cuatro años y compuesto de cinco miembros, elegidos por sorteo, de entre los ex presidentes o vicepresidentes de ambas cámaras y de entre los ministros de las Cortes Superiores de Justicia,  para discutir la legalidad de las actas electorales.
A su vez se hizo más fácil la reforma del texto constitucional. La propuesta de reforma se tramitará como un proyecto de ley, pero deberá ser aprobado en primer trámite por la Cámara de Diputados y el Senado, con la mayoría de los miembros de cada corporación en actual ejercicio; sesenta días después se reunirán ambas cámaras en Congreso Pleno, con el mismo quórum indicado.
En caso de falta de quórum el Congreso Pleno se reunirá al día siguiente y procederá a la votación con los miembros que asistan. El Presidente de la República no puede "vetar" el proyecto de reforma aprobado, pero si  puede proponer correcciones o modificaciones. Si se mantiene la discrepancia entre el Presidente y el Congreso, se resolverá por medio de un plebiscito. Sin embargo, si el Congreso Pleno rechazara el proyecto en su totalidad,  no habrá instancia a consulta plebiscitaria ni reforma.
La Constitución de 1925 se promulgó y juró el 18 de septiembre. Con ella, el parlamentarismo terminaba, y la Constitución de 1833 fue cambiada por un código fundamental nuevo que, aparte las disposiciones de que se ha dado cuenta, restablecía en otra forma el régimen llamado "presidencial". Una vez que la Constitución  de 1925 se promulgó, se eligió un nuevo Congreso. Sin embargo, la agitación electoral de aquella época determinó la renuncia del Presidente Alessandri el 1° de octubre de aquel año, a falta de tres meses para el término de su mandato. Luis Barros Borgoño, asumió el poder el día mencionado en calidad de vicepresidente y Alessandri volvió otra vez al exilio.

Situación Política durante el Régimen Parlamentario

Con la revolución de 1891 no sólo se derrocó a un Presidente, cayó también la autoridad presidencial y el principal responsable fue el Partido Conservador, que entre sus más gloriosas tradiciones ostentaba la Constitución de 1833. Ese conjunto de leyes hizo del Presidente de la República una autoridad incuestionable, concentrándose todos los poderes del Estado. Sin embargo, fue la mayoría conservadora del Congreso que se opuso al Presidente Balmaceda y determinó el destino de Chile.
Inmediatamente destituido Balmaceda, a fines del mismo año se promulgó la nueva ley de municipalidades, la cual dividió el país en una multitud de comunas, que serían administradas por su respectiva municipalidad, cuyos miembros o "regidores", elegidos popularmente, duraban tres años.
Los poderes otorgados a estas corporaciones fueron inmensos, destacando la salubridad, el aseo y el ornato de las poblaciones, el fomento de la educación pública y de todas las industrias y el mantenimiento de la policía de seguridad. Pero ninguna facultad más importante que la constitución del poder electoral. Las inscripciones de los ciudadanos y las votaciones populares para elegir a sus propios regidores, a los diputados, a los senadores y al Presidente de la República, estuvieron a cargo de las municipalidades. La comuna autónoma terminó con la intervención oficial en las elecciones.
A lo anterior se agrega la ley de incompatibilidades parlamentarias, dictada en tiempo de Balmaceda. Por esta ley, los cargos legislativos se oponían a cualquier empleo que pagara el Estado, con lo cual ningún funcionario pudo desde entonces entrar en el Congreso y seguir a la vez desempeñando su empleo. El fin de tal resolución fue impedir que algún empleado público fuese elegido para defender en las cámaras la política del Presidente. De tal forma se estableció el régimen parlamentario, que consistía en que el Presidente gobernaba de acuerdo con el Congreso, representado por su mayoría. La elección libre del Congreso y del Presidente contribuiría a mantener el equilibrio y a afianzar la armonía entre ambos poderes. Sin embargo, en la práctica sucedió lo contrario.
Al poder del Presidente la sustituyó la omnipotencia del Congreso. Dentro del régimen parlamentario, el Congreso, elegido popularmente con independencia del Poder Ejecutivo, constituía sus mayorías con igual independencia, y como el Presidente no podía gobernar sin el acuerdo de estas mayorías resultaba que á ellas tenía que someterse en todos sus actos.
Las mayorías eran esporádicas, las cuales ocupaban los ministerios con sus delegados respectivos, los que trataban pronto de sobreponer los intereses de su agrupación a los de las agrupaciones aliadas; si el Presidente cedía a sus pretensiones, se rompía la solidaridad ministerial y la agrupación que se creía agraviada retiraba sus ministros. El conflicto así presentado, entre la mayoría parlamentaria y el Presidente, se resolvía entonces en una crisis ministerial, las que fueron frecuentes durante los treinta y tres años de parlamentarismo (1892-1924). Fue lo que se llamó la "rotativa ministerial".
Reconocido el papel del Congreso en el ejercicio del poder, en él se hicieron frecuentes ciertas prácticas. Diputados y senadores hacían valer sus fuerzas cuando tenían que aprobar las llamadas leyes periódicas-de presupuesto, contribuciones y Fuerzas Armadas. Los parlamentarios imprimían al despacho de dichas normas, el ritmo que la conveniencia política les aconsejaba. El Congreso ejerció, también, en forma exagerada, la facultad que tenía para interpelar o censurar al gabinete presidencial. De este modo, obligaba a los ministros a comparecer ante el Parlamento para justificar sus acciones, o a renunciar, llegando a establecer una intensa rotativa ministerial, que entorpecía la labor del Ejecutivo.

La Cuestión Social

      


La Cuestión Social es el conjunto de problemas que viven los sectores populares a fines del siglo XIX y comienzos del XX.
          Se presentaron problemas vinculados a la vivienda, la salud, los salarios, el alcoholismo y los derechos de los trabajadores.
           Los sectores proletarios se organizan. Nacen diferentes formas de asociación obrera.
          Una de las formas más importantes de lucha fue la huelga.
          La oligarquía no fue capaz de enfrentar con éxito la problemática social.
         Desde la Iglesia y el radicalismo se proponen estrategias para enfrentar la Cuestión Social.

Las circunstancias económicas del período, hacían que este sistema fuera favorable para que la clase pudiente ejerciera un control superior o equivalente al estatal, en las actividades políticas, económicas y sociales. Así, esta élite social relativamente pequeña, pero homogénea y con sentido de clase monopolizaba el poder de la sociedad chilena de comienzos de siglo.
La clase alta se había formado por la fusión de dos grupos. Uno de ellos era el de la aristocracia tradicional, que venía desde la Colonia, y que tenía en la posesión de la tierra su principal fuente de ingresos. El otro, estaba compuesto por comerciantes, mineros e industriales enriquecidos durante el siglo XIX- y por sus descendientes. Ambos tenían una tradición de vida burguesa y urbana. Se habían unido, dando lugar a un tipo humano y un estilo de vida nuevo. Las costumbres cambiaron con rapidez. Lo europeo, y en especial lo francés, empezaron a dominar sin contrapeso en el acontecer diario de los santiaguinos de la clase dirigente.
Este nuevo estilo de vida aisló al sector dirigente chileno del resto del cuerpo social. Muchos autores de comienzo de siglo denunciaron la relajación moral de la oligarquía, considerada como una de las causas más importantes de la crisis nacional.
De este modo, entre 1900 y 1920, se planteaba la decadencia de la clase alta, en cuanto grupo dirigente de la sociedad, mientras se presentaba el surgimiento de nuevos sectores sociales. Como estos no tenían cabida en el sistema ni en el estilo predominante, muy pronto aspiraron a cambiarlo.

La economía del salitre y su importancia en la Sociedad

         Durante más de 35 años, la economía chilena dependió de la producción y exportación de salitre.
•          Durante el siglo XIX, el salitre fue propiedad principalmente inglesa. En el siglo XX la propiedad se diversifica.
•          El Estado no fue propietario del salitre, pero sus principales recursos provenían de las exportaciones de salitre.
•          El Estado utilizó los recursos provenientes del salitre, entre otras cosas en infraestructura, educación y burocracia.
•          Producto de la iniciativa privada, en la segunda mitad del siglo XX se desarrollan algunas industrias.
•          Las prácticas productivas coloniales se mantienen en el campo. Producto de la demanda interna se fortalece la producción de trigo.
El auge salitrero significó para el Estado chileno una importante entrada de recursos durante casi cincuenta años, por la vía de los derechos de exportación sobre el valor total del salitre y yodo. Para el período 1880-1924, los costos de producción bordearon 1/3, las ganancias netas de los capitalistas otro tercio —fundamentalmente capitalistas extranjeros que a fines del siglo XIX representaban cerca de dos tercios de la industria salitrera— y el tercio restante lo percibió el Estado.
La relevancia de la industria salitrera en las entradas del fisco chileno queda de manifiesto al comparar su impacto en el tiempo. Hacia 1880, los tributos representaban menos del 5% de las rentas ordinarias. En 1890, esa proporción había subido al 48%; en 1910 llegó al 51%, mientras que para 1915, los impuestos a las exportaciones del salitre significaban un 60% de las entradas de la nación. Según Sunkel y Cariola “En los cincuenta años del período 1880-1930, el total acumulado de los derechos pagados por el salitre y yodo llegó a casi mil millones de dólares (corrientes)”. Siguiendo las conclusiones de los mismos autores, las ganancias netas de los inversionistas —locales y extranjeros— habrían alcanzado una magnitud similar en el período 1880-1930.
La industrialización de las grandes ciudades, además de las faenas mineras del norte que generaron importantes procesos migratorios, significó la aparición de núcleos de trabajadores urbanos medios y proletarios que laboraban y vivían en muy precarias condiciones y marginados de luchar por sus intereses en el sistema político o incidir en las agendas legislativas de la época. Las organizaciones de trabajadores a fines del siglo XIX. Señala Sergio Grez: estaban conformadas por mutuales, cooperativas, escuelas de artesanos, orientadas al mejoramiento material, a la ilustración, a la formación moral, al socorro mutuo, al ahorro, entre otras inquietudes “regenerativas”, hasta que las demandas comenzaron a articularse políticamente.
Las organizaciones obreras adquirieron mayor presencia, variedad y desarrollo ideológico a comienzos del siglo XX, a través de otras vías: las sociedades de resistencia de orientación socialista y anarquista.
La situación para las clases trabajadoras a principios del siglo XX era deplorable. Además de las injustas condiciones laborales, la ausencia de legislación del trabajo, las miserables condiciones de vida y de habitat, especialmente en las ciudades, hay que añadir el proceso inflacionario que experimentaba el país, producto del aumento del papel moneda, desde 1898 a 1924 rigió la inconvertibilidad, aumentando el circulante y la inflación, lo cual deterioraba día a día el poder de compra de los más pobres.
Señalemos que el año 1907, la inflación alcanzó al 34.35%, la más alta del período 1880-1925. Parte importante de los recursos provenientes del auge salitrero fue invertido por el Estado en su crecimiento, en infraestructura pública funcional al desarrollo del país y en cobertura educacional. Así, para 1880, el total de empleados públicos alcanzaba los 3 mil. En 1900 era de 13 mil y en 1919, los funcionarios del Estado alcanzaban los 27 mil. Por su parte, la red ferroviaria pública tenía en 1900 casi los mismos kilómetros que la privada un poco más de 2000 llegando a más de 5 mil en 1915, 2 mil kilómetros más que las vías privadas (3 mil aquel año). Asimismo, en educación, los establecimientos fiscales —enseñanza primaria, secundaria y superior presentan un importante aumento: de 531 en 1860 a 1.313 en 1895, y a 2.238 10 años después, para alcanzar más de 3 mil en 1915. En consecuencia, el número de alumnos para esos niveles también aumentó notablemente: de 20.485 en 1860 se pasó a 152 mil en 1895, luego a 291 mil en 1910 y superando los 400 mil en 1920.

sábado, 7 de enero de 2012

La matanza de Santa María



           
                               En 1907, Chile tenía tres millones de habitantes. La población activa era de más o menos 1 millón 250 mil personas, de las cuales solamente el 13,5% eran obreros, es decir más o menos 170 mil trabajadores. Los obreros del salitre eran, en Tarapacá alrededor de 30 mil (se dice que 20 mil bajaron a Iquique). Antofagasta debe haber tenido a lo menos una cifra similar. Por tanto, un 35% del total de obreros existentes en Chile en ese año, eran trabajadores salitreros. Vivían y laboraban en la misma zona geográfica que aunque muy extensa permitía la comunicación entre ellos, por la red ferroviaria que conectaba las oficinas. A fines de noviembre, los trabajadores de Tal Tal conocían las peticiones que agitaban a los obreros del salitre en Tarapacá. Proporcionalmente a la población del país, la masa de obreros del salitre debe haber sido una de las más grandes concentraciones proletarias del mundo. Estaba dotada, además, de una homogeneidad excepcional, tanto en términos de idioma, costumbres y pautas culturales. Sufrían el mismo sistema de explotación, incluyendo el régimen de de pulperías, recibían bajos salarios, afrontaban pésimas condiciones de seguridad, vivían en condiciones miserables y sufrían tratos vejatorios. Al mismo tiempo, utilizaban similares modos de organización y alcanzaban un nivel de conciencia que explicaba la enorme envergadura de la huelga y el comportamiento disciplinado, responsable y tranquilo de los miles y miles de obreros que se movilizaron a Iquique.
Hay un testimonio que dice mucho sobre la conciencia del pampino. Proviene del propio general Silva Renard que escribió “siendo el salitrero el peón más civilizado externamente (es también) el más altanero, creyéndose el productor de las riquezas explotadas por el patrón”.
            Lo más probable es que lo que a Silva Renard le incomodaba como altanería fuera simplemente dignidad y orgullo de trabajador. En sus palabras hay además un reconocimiento no querido a la conciencia de clase. El obrero salitrero percibía la esencia misma del capitalismo: sabía que su trabajo producía la riqueza y que se le arrebataba una parte de ella en beneficio del patrón que lo explotaba.
             De esos trabajadores altaneros fueron los asesinados en la Escuela Santa María de Iquique, a los que hoy recordamos. Los sobrevivientes fueron humillados y perseguidos. Se los borró de la historia y pareció que todo se derrumbaba para siempre. No fue así, renacieron en muchos otros que luchan en todas partes y que no están dispuestos a dejar de hacerlo a pesar de los fracasos.